miércoles, 29 de enero de 2014

REGISTRO, PROTECCIÓN E INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN LA PLANICIE COSTERA NOROCCIDENTAL DE NAYARIT


 
Por: Arqlgo. Mauricio Garduño Ambriz
Sección de Arqueología / Centro INAH Nayarit

Introducción

La franja costera noroccidental de Nayarit constituye una de las regiones del Occidente de México con mayor potencial productivo tanto para la explotación sostenida de recursos silvestres como para el cultivo intensivo de plantas domesticadas. Está conformada por un complejo mosaico en el que es posible reconocer extensas planicies agrícolas de origen aluvial disectadas por sistemas fluviales de gasto permanente. Estos terrenos bajos de topografía plana se asocian con frecuencia a importantes humedales costeros tropicales, lagunas y ecosistemas estuarinos, caracterizados por su notable biodiversidad y por la disponibilidad de especies residentes y migratorias que fueron aprovechadas por la población costera Aztatlán durante la época prehispánica.

La recurrente acumulación de finos sedimentos aluviales transportados cíclicamente por los principales ríos da lugar a la formación de sistemas de llanura deltaica, donde se concentra la actividad agrícola más importante. Es interesante señalar que la oscilación climática en esta región -expresada en términos de la variación térmica diurna y estacional anual- puede considerarse como moderada, ya que no muestra variaciones significativas que pudieran afectar negativamente las actividades agrícolas. Asimismo, la incidencia de heladas y granizadas no es considerada por los agricultores como un factor de riesgo para la obtención de sus cosechas.

Precisamente en los sistemas de llanura deltaica de los ríos Culiacán, Presidio, Baluarte y Acaponeta fueron localizados por Carl Sauer y Donald Brand, a principios de 1930, la mayor parte de los sitios visitados durante sus trabajos pioneros de prospección arqueológica, así como los más importantes. Por nuestra parte, a partir de recientes observaciones de campo hemos corroborado que los principales núcleos de población prehispánica (e.g., San Felipe Aztatán, La Guásima, La Presa, Las Animas, Amapa, Coamiles y Sentispac) de los periodos Clásico (200-900 d.C.) y Postclásico (900-ca. 1530 d.C.) se encuentran en asociación directa con tierra cultivable de alto rendimiento, donde es posible practicar agricultura intensiva de humedad.

Los testimonios históricos plasmados en las crónicas y relatos de la conquista escritos por los soldados conquistadores que incursionaron en estas provincias durante la primera mitad del siglo XVI dan cuenta de los extensos asentamientos ubicados en las fértiles y húmedas planicies aluviales aledañas a los principales cauces fluviales, señalando además que toda la región costera -referida en dichas crónicas como tierra caliente- se encontraba densamente poblada.

Aunque los trabajos pioneros de reconocimiento y sondeo arqueológico aportaron valiosos datos para avanzar en el conocimiento de la historia prehispánica regional, la investigación sistemática en las tierras bajas noroccidentales de Nayarit ha sufrido, por muy diversos factores, un retraso significativo en el transcurso de los últimos 25 años. Este rezago ha incidido negativamente no sólo dentro del ámbito de la investigación básica sino también dentro de las áreas sustantivas del registro y la protección del patrimonio arqueológico. Esta situación se agrava si consideramos que el paisaje regional en las tierras bajas ha sido severamente transformado -principalmente por factores de origen antrópico-, modificando irreversiblemente el trazo original de los asentamientos y por lo tanto la distribución de sus espacios, áreas de actividad y volúmenes constructivos.

En este contexto surge nuestra inquietud por plantear y desarrollar un proyecto de investigación arqueológica a largo plazo en las tierras bajas noroccidentales de Nayarit, la zona nuclear del complejo Aztatlán (850/900-1350 d.C.), que constituye de uno de los más notables desarrollos culturales del septentrión costero mesoamericano.

Justificación

Como hemos mencionado, la acelerada destrucción que recientemente han sufrido los asentamientos prehispánicos localizados en esta provincia, así como la transformación de su entorno inmediato, han conllevado a una pérdida irreversible de información relevante para reconstruir la compleja historia cultural de estas poblaciones. Después de los trabajos pioneros referidos de carácter arqueo-geográfico realizados por Sauer y Brand y de los trabajos de foto-interpretación posteriores coordinados por Téllez (1987) en el estado de Nayarit como parte del proyecto Atlas Arqueológico Nacional, el conocimiento sobre el patrón de asentamiento en esta región sigue siendo fragmentario e incompleto, con el agravante de que en el transcurso de los últimos años se ha intensificado la destrucción de las evidencias arqueológicas remanentes en las tierras bajas, cuyos principales factores de alteración se reseñan a continuación.
 
 

Nivelación agrícola mecanizada

Las llanuras deltaicas aluviales de carácter inundable de los ríos Acaponeta, San Pedro y Santiago, que conforman los principales sistemas hidrológicos de la planicie costera noroccidental de Nayarit, constituyeron la base del desarrollo de las sociedades agrícolas que se establecieron en esta región de forma ininterrumpida por lo menos desde el Formativo Terminal (0-150/200 d.C.) hasta las primeras incursiones hispánicas de la primera mitad del siglo XVI. Desafortunadamente, su alto potencial productivo y la creciente necesidad de los ahora pequeños propietarios por incorporar e incrementar la superficie cultivable de sus parcelas han propiciado que la nivelación mecanizada de los terrenos agrícolas se intensifique, tareas que anteriormente se realizaban con arado simple y con animales de tiro y que ahora se llevan a cabo con maquinaria pesada.

A este respecto mencionaremos que la política estatal de apoyo al campo a partir del 2005 favoreció la implementación de programas oficiales, a nivel municipal y ejidal, de nivelación de parcelas agrícolas, políticas que por supuesto fueron implementadas totalmente al margen de las regulaciones en materia de protección de monumentos arqueológicos y de la indispensable supervisión por parte del Centro INAH Nayarit para determinar la viabilidad de la ejecución de estos trabajos. Actualmente la nivelación agrícola constituye uno de los principales factores de remoción mecánica y de destrucción tanto de los monumentos como de los depósitos arqueológicos en las tierras bajas.
 
 

Introducción de infraestructura hidroagrícola

A partir del 2006 la Comisión Nacional del Agua implementó en el estado un programa de modernización y ampliación de la infraestructura hidroagrícola en la costa noroccidental, que en una primera etapa contemplaba un ambicioso proyecto de construcción de numerosos canales de irrigación en la costa central de Nayarit, específicamente en el municipio de Santiago Ixcuintla. Desafortunadamente la mayor parte de estos trabajos fueron realizados al margen de la participación directa del Centro INAH Nayarit, excepto en el caso del Canal Sublateral 10+930 en el ejido de Amapa en el que fue posible realizar un salvamento previo a partir del cual se emitió un dictamen técnico que recomendó que el proyecto original de CONAGUA fuera modificado en favor de la protección del rico depósito arqueológico explorado.

Sin embargo, en la carpeta de proyectos estratégicos del gobierno del estado de Nayarit (Secretaría de Planeación, Programación y Presupuesto de Nayarit, 2013: Apartado I: Proyectos para incrementar la productividad en el campo) aparece como el principal proyecto estratégico dentro de este rubro la construcción y puesta en operación del Canal Centenario, que conllevará la construcción de una enorme red de 310 km. de canales -63 km. de canal principal, 400 km. de drenes y 530 km. de caminos- en la costa central de Nayarit, una zona ampliamente conocida por su enorme potencial arqueológico y que paradójicamente no cuenta con el inventario básico de sitios oficialmente registrados.
 
 

Acuacultura en los sistemas lagunares y estuarinos

El desarrollo de la acuacultura del camarón en la zona lagunar y estuarina del sector noroccidental del estado, que forma parte de las Marismas Nacionales -el principal sistema de humedales costeros tropicales del Pacífico mexicano-, se ha incrementado exponencialmente durante los últimos diez años, en la mayor parte de los casos totalmente al margen de cualquier estudio de impacto ambiental y por supuesto que de cualquier estudio arqueológico de factibilidad.

Tan solo en el ejido Valle de la Urraca, perteneciente al municipio de Acaponeta, la construcción y puesta en operación de granjas camaronícolas por parte de pequeños propietarios era un proyecto que ya en el 2005 contemplaba la habilitación de una extensión mínima estimada en 1,800 hectáreas. Obras de esta magnitud necesariamente conllevan la modificación extensiva y la degradación tanto del entorno ecológico como de cualquier tipo de evidencia arqueológica asociada, como tuvimos oportunidad de documentar a partir de nuestros trabajos de rescate en dicho ejido.

En la actualidad muchos otros ejidos ubicados en los sistemas estuarinos de los municipios de Tecuala, San Blas y Rosamorada han iniciado la construcción de sus propias granjas, sin que hasta el momento podamos evaluar los daños directos que estas obras han ocasionado al patrimonio arqueológico regional.

Por otro lado, el desarrollo de la acuacultura del ostión también ha experimentado un fuerte crecimiento a lo largo de los últimos diez años, sobre todo en los esteros de la Boca de Camichín (municipio de Santiago Ixcuintla) y más recientemente en el estero de Teacapán, dentro de la demarcación de los ejidos de San Cayetano y El Roblito (municipio de Tecuala). La extracción ilegal y prácticamente permanente de grandes volúmenes de material conquiológico (concha de ostión) a partir de cocheros prehispánicos se ha intensificado recientemente debido a que este material constituye el mejor sustrato de fijación para el desarrollo de las larvas en los cultivos comerciales de ostión contemporáneos, lo que durante años ha ocasionado una severa depredación de este recurso no renovable y la destrucción de numerosos concheros prehispánicos.

Introducción de servicios públicos y otros tipos de infraestructura

La introducción de diversos servicios públicos (drenaje y red de agua potable, construcción o rehabilitación de caminos, introducción de líneas de transmisión eléctrica, etc.) en áreas rurales o urbanas por parte del gobierno federal, estatal y/o municipal constituye una permanente presión para la conservación y protección de los monumentos arqueológicos localizados en las tierras bajas.

A partir de diversas inspecciones y como parte del programa permanente de protección técnica y legal del Centro INAH Nayarit, a lo largo de los últimos diez años hemos podido documentar numerosos casos críticos de destrucción o afectación parcial de patrimonio arqueológico en la costa noroccidental de Nayarit ocasionados por la realización de obras al margen de la regulación y supervisión del Centro INAH Nayarit, entre las que podemos mencionar la introducción de drenaje en la zona urbana de San Felipe Aztatán, municipio de Tecuala (2008 a 2010), la ampliación de la red de agua potable en Coamiles (2009) y la reciente rehabilitación de caminos rurales en los ejidos de San Cayetano y El Roblito (Tecuala) utilizando concha arqueológica triturada (por lo menos desde la década de los años sesenta y hasta la fecha), sólo por citar algunos ejemplos. En todos estos casos fue posible confirmar que en el transcurso de estas obras fueron sustraídas ilegalmente diversas piezas arqueológicas de su contexto estratigráfico y cultural original.
 
 

Vandalismo, saqueo, destrucción y comercialización ilegal

El acelerado desarrollo inmobiliario y turístico que durante los últimos diez años ha experimentado la Costa Sur de Nayarit -conocida dentro del ámbito de la promoción turística nacional e internacional como la Riviera Nayarit- ha propiciado la creación y expansión de una verdadera frontera cultural interior que es visitada todo el año por un enorme contingente de turistas extranjeros que de facto se constituyen en un enorme mercado potencial para la comercialización directa de objetos arqueológicos.

En este contexto, colateralmente durante los últimos años hemos podido corroborar que se ha incrementado el saqueo arqueológico en todas sus modalidades -tanto el ocasional como el de tipo sistemático- en toda la costa noroccidental de Nayarit, en gran parte estimulado por el creciente número de consumidores (compradores) que han establecido su residencia en la Costa Sur o que visitan periódicamente este destino turístico. Dentro de esta nueva modalidad el saqueo lo realizan regularmente los campesinos y ejidatarios locales, quienes directamente -es decir, sin intermediarios y sin que los bienes ingresen a las redes bien establecidas del tráfico ilícito para ser acopiados generalmente en ciudades como Culiacán, Mazatlán o Guadalajara para posteriormente ser redistribuidos a otros mercados- ofertan las piezas arqueológicas saqueadas a los compradores, quienes los remuneran frecuentemente en dólares americanos.

Por otro lado, durante décadas los concheros prehispánicos de la boca de Teacapán, localizados en el municipio de Tecuala, han sido ilegalmente explotados por los gobiernos estatales y municipales como bancos de material, utilizando las conchas trituradas como balastre para la rehabilitación de caminos. Desafortunadamente estas actividades extractivas han provocado la destrucción total de numerosos concheros o su desestabilización estructural.

Otro tipo de monumento arqueológico que regularmente sufre severos daños por actos vandálicos premeditados son los petrograbados asociados a sitios costeros, que en algunos casos son removidos de su posición original o que con frecuencia son dañados y contaminados química, física y visualmente por la aplicación de graffitis. Inclusive hasta hemos podido documentar su utilización como blancos por parte de cazadores furtivos. En casos extremos hemos recabado testimonios por parte de pobladores locales sobre el uso de dinamita para disgregar las rocas, bajo la sospecha de que contienen oro en su interior. Desafortunadamente en la mayor parte de los casos se trata de petrograbados que no cuentan con ningún tipo de registro arqueológico.
 
 

Cambio climático global e inestabilidad de los sistemas costeros

Los modelos de cambio climático global aplicados a la geomorfología de los sistemas costeros en México han demostrado el riesgo que el incremento gradual de la temperatura representa para un posible ascenso del nivel del mar en el transcurso del presente siglo. Considerando que la mayor parte de la superficie de la planicie costera noroccidental se encuentra entre un rango altitudinal comprendido entre el nivel del mar y los 15 m.s.n.m., el eventual ascenso del nivel del mar tierra adentro tendría un impacto directo en la conservación de la mayor parte de los sitios arqueológicos ubicados en las tierras bajas noroccidentales. Nuevamente en este caso esta situación resulta especialmente preocupante si consideramos que en la actualidad no disponemos de un atlas o inventario actualizado sobre los sitios arqueológicos ubicados en esta provincia.

Recapitulando lo anterior, proponemos que la presente propuesta de registro, protección e investigación diseñada para la arqueología de la costa noroccidental de Nayarit sea considerada como una línea institucional prioritaria bajo una visión de largo plazo, con la intención de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia, a través del Centro INAH Nayarit, genere los insumos básicos para diseñar estrategias concretas de intervención y conservación preventiva en caso de que el patrimonio arqueológico regional se encuentre en riesgo.

 
Objetivos y alcances del proyecto

La ejecución del presente proyecto tiene como objetivo general llevar a cabo el registro y la investigación sistemática -prospección y sondeo- de los sitios arqueológicos localizados en la franja costera noroccidental de Nayarit, con la intención de contar con una base de datos actualizada y geo-referenciada para reconstruir el patrón de asentamiento prehispánico de los núcleos de población ubicados en las tierras bajas aluviales, en los sistemas de costa, laguna y estuario y en los humedales tropicales de agua salobre y dulce que integran la compleja red de microrregiones que caracterizan a esta dinámica provincia fisiográfica.

Además, pretendemos construir mapas de riesgo en relación al impacto que tendría la construcción de obras públicas y/o privadas para definir estrategias concretas de protección y conservación tanto de los monumentos como de los depósitos arqueológicos, jerarquizando zonas prioritarias de intervención sobre la base de riesgos potenciales de afectación.

Para tal efecto, pretendemos llevar a cabo trabajos sistemáticos de prospección (reconocimiento de superficie), registro, mapeo y levantamiento topográfico (planimetría y altimetría), delimitación y sondeo arqueológico en los municipios costeros del norte del estado, específicamente en los que integran territorialmente la planicie costera noroccidental de Nayarit (i.e., Tecuala, Acaponeta, Rosamorada, Ruiz, Tuxpan, Santiago Ixcuintla y parte de San Blas).

Con el cúmulo de información generada a partir de los trabajos de registro y prospección pretendemos contar con los criterios mínimos necesarios para que el Centro INAH Nayarit lleve a cabo los estudios arqueológicos de factibilidad que permitan emitir dictámenes técnicos para determinar la viabilidad de la ejecución de los proyectos de obra propuestos por instituciones públicas o privadas, así como por particulares, evaluando los riesgos potenciales de afectación del patrimonio arqueológico.

Partiendo de la información recabada en campo se integrarán expedientes técnicos particulares para cada sitio oficialmente registrado. Además, consideramos dentro de nuestra propuesta celebrar reuniones con las autoridades locales -vía asambleas ejidales- y con los pequeños propietarios de solares urbanos y parcelas de uso agrícola, ganadera o forestal, con la intención de entregar notificaciones oficiales a sus titulares para corresponsabilizarlos en la protección de los monumentos arqueológicos bajo su resguardo.

Dentro del ámbito estrictamente académico, pretendemos definir con precisión las particularidades de la secuencia regional de ocupación para las tierras bajas noroccidentales a partir del establecimiento de la seriación crono-tipológica de los artefactos asociados a cada nivel cultural de ocupación identificado en la secuencia estratigráfica, así como caracterizar los complejos culturales representados en el área investigada y establecer correlaciones significativas con otras regiones y áreas culturales.

Nos interesa de manera particular realizar el estudio integral de patrón de asentamiento con la finalidad de establecer la jerarquización y el ordenamiento espacial de los sitios en las diferentes fases de ocupación identificadas. A partir de nuestros trabajos de campo pretendemos recuperar la mayor cantidad de información arqueológica contextualizada con la finalidad de proponer un esquema coherente sobre el desarrollo histórico y cultural de las poblaciones asentadas en la costa noroccidental de Nayarit, cuyo verdadero valor histórico y cultural -más allá de míticas migraciones y de lugares de tránsito temporal en busca de la “tierra prometida”- está por revelarse.
 

0 comentarios: